Ante la repentina renuncia del médico Guillermo Pinotti a la banca que ocupó desde diciembre de 2015 en el Honorable Concejo Deliberante, desde mi lugar de vecina e integrante de Unión de Jóvenes por Chivilcoy me veo en la obligación de indagar sobre las cuestiones que acusó como motivo de su renuncia.
Para comenzar, considero injustas las declaraciones emitidas por el concejal, indicando que las políticas del oficialismo no son acompañadas por su forma de actuar ni pensar, de acuerdo a la moral y ética con la que fue educado. ¿Tardó dos años y medio en darse cuenta que sus valores no condicen con los del gobierno municipal?
Acusar al oficialismo de verticalista es caer en una declaración fácil e infundada. Usted no da ejemplos claros que puedan demostrar la veracidad de sus dichos. Respeto que pueda creer que así fue, ¿pero le ha consultado a secretarios y directores del actual gabinete (o incluso a aquellos que ya no pertenecen al mismo) si tienen libertad para actuar dentro de sus funciones, aun teniendo en cuenta que ellos pertenecen al Poder Ejecutivo?
Me parece indispensable recordar que usted formó parte de un cuerpo deliberativo, perteneciente al Poder Legislativo, dentro de la estructura de gobierno, que actúa con total independencia y autonomía del Poder Ejecutivo y no puede ser removido por una decisión del intendente. Me pregunto ¿acaso las veces que votó en la misma sintonía que el bloque oficialista lo hacía en contra de sus convicciones?
Creo poco feliz hablar de “obediencia debida”, un concepto que nos remonta a la última dictadura cívico-militar en la cuál, a través de esa ley, se eximía de responsabilidad penal a los miembros de las fuerzas armadas con grado inferior a coronel que hubieran cometido algún tipo de delito siempre y cuando hubieran emanado de órdenes de sus superiores. No creo que sea oportuno hacer un paralelismo entre aquella situación y la actual.
Usted fue libre para declarar en varias oportunidades contrariamente a las decisiones del intendente y sus políticas. Fue libre porque conservó su cargo a pesar de eso y ahora habla de un ninguneo que no existió. Desde su lugar de concejal, reitero, no debe rendirle cuentas al intendente y no necesita de su aprobación para actuar en el cargo.
Acepto sus palabras, es libre de decir lo que crea, pero también sería sano que haga una autocrítica y piense qué le dio usted a los vecinos, a la ciudad y al espacio político desde su banca. ¿A cuántas oficinas municipales se acercó con inquietudes o con ánimo de conocer las gestiones realizadas?, ¿cuantos barrios visitó y cuántas puertas golpeó?, ¿con cuántos vecinos ha conversado y cuántas de sus necesidades intentó resolver?
Para finalizar, quiero enfatizar que es sumamente grave que diga que en este gobierno no se puede pensar de cualquier manera. Lo ha repetido el intendente hasta el hartazgo, lo demuestra la variada cantidad de ideologías de sus funcionarios y su apertura llamando al diálogo a todos los espacios políticos, siempre y cuando busquen el bienestar de los vecinos de Chivilcoy.
- Florencia Válvoli
Integrante de Unión de Jóvenes por Chivilcoy.