Ayer fue el día del periodista, tal vez una de las profesiones más nobles y a la vez más mancilladas de la modernidad. Hoy casi toda la realidad que nos llega es a través de la mirada, la sensibilidad y el criterio de nuestros periodistas y comunicadores.
Todos hablamos desde algún lugar y una visión de mundo, y eso es obvio y palpable, lo vital es cuidar la postura ideológica pero chequeando la veracidad de cada hecho. Es muy emocionante encontrar periodistas apasionados que investigan y hacen de la noticia un camino ético en donde lo ideológico es transparente.
Sin embargo, al calor de las mercancías y las cosas que se compran y se venden, algunos decidieron contar la realidad al mejor postor. Son personas frágiles de convicciones que no dudan en difundir rumores o noticias incomprobables sin el menor registro de que puedan molestar o lastimar a otro.
A nivel nacional, hay medios de comunicación como Clarín, La Nación y otros satélites, que directamente han recibido de algunos gobiernos de turno concesiones para construir estadios o licencias para servicio de internet o telefonía celular. Es tan miserable la convivencia comercial entre medios y gobiernos, que luego da la sensación que ninguna noticia es confiable. Como cuando un amigo o algún ser cercano miente reiteradamente, luego es muy difícil volver a creer.
La confianza es el contrato tácito y sagrado con el periodista. Es esa red invisible que nos lleva a interpretar el mundo de tal forma que nos permita reconocernos en sus ideales y sus luchas.
Ser un periodista consagrado a su universo ideológico, pero siempre fiel a lo chequeado y contrastado realmente, es un don y un bien preciado cada vez más escaso.
Celebro el día del periodista brindando por todos aquellos que han sabido cuidar su nombre y la interpretación honesta y chequeada de la vida que nos rodea, lejos de los horrores morales que el capitalismo ha logrado mancillar, también, en esta profesión tan imprescindible.
Brindo por Valeria Trongé, Eduardo Aliverti, Victor Hugo Morales, Cinthia García, Mariano Moreno, Fernando Borroni, Mario Wainfeld, Sandra Russo y tantos otros dignísimos que apuestan a pensar un tiempo histórico más equitativo y más humano.
Felicidades!
Seguimos pensando.-