¿Cuán complicado es para un gobierno crear las condiciones para que haya trabajo genuino y podamos salir de la pobreza? ¿Es difícil organizar las fuerzas productivas de una sociedad para producir trabajo?
Hay gobiernos que crean “planes para fomentar la industria, el comercio y el trabajo” y otros “la timba financiera, el endeudamiento improductivo y la desindustrialización”
En estos países tan bipolares, en donde una sociedad poco sensible se deja arrastrar hacia líderes genocidas y neoliberales, cada paso que se da en el sentido correcto se destruye luego con el pie contrario, de este modo la pobreza no logra nunca terminarse porque para que eso ocurra se debe mantener el crecimiento económico durante 30 o 40 años. El círculo virtuoso se produce cuando el tiempo puede añejar la inversión productiva y el trabajo digno en un par de generaciones.
Acá, los defensores de la alternancia política, se hacen su agosto. Por más que tengamos un gobierno desarrollista durante dos períodos, debe abandonar el poder sí o sí, la mayor de las veces truncando los logros obtenidos.
Todos decimos que los resortes de la macroeconomía nacional están en manos del gobierno federal. Y es cierto. El valor de la moneda, el cobro y la redistribución de impuestos, el acceso a créditos y el control de las importaciones, constituyen algunas de las palancas más trascendentales de una sociedad. Pero me pregunto ¿nada puede hacerse desde las autoridades de un municipio? ¿Qué podría hacerse para fortalecer el trabajo y el desarrollo productivo desde la Municipalidad de Chivilcoy? ¿Sólo hay que sentarse a esperar que “la miel” de las decisiones nacionales llegue a nuestra ciudad para bañarnos de prosperidad?
Imaginate que el intendente saliera una vez por semana en todos los medios para ponderar los productos de una empresa local. Imaginate que él le pidiera amorosa y especialmente a la gente que consumiera preferentemente los quesos que fabricamos, los fiambres, los fideos, el dulce de leche, la lavandina local, etc. Imaginate que nos rogara que le compráramos verdura a nuestros quinteros, encurtidos a nuestros emprendedores y bolsas de residuos a las nobles instituciones sin fines de lucro.
Los ciudadanos de Chivilcoy movemos por mes una cantidad importante de millones de pesos. Compramos lo que encontramos en las góndolas fijándonos en los precios y respondiendo al llamado de aquellas marcas foráneas que más gastan en publicidad. ¿Pero qué trabajo traen a nuestros vecinos chivilcoyanos? ¿Qué microemprendimiento local gana si nuestro dinero se lo lleva Nestlé, Unilever, Mondelez o Procter & Gamble?
¿Es tan difícil poner en marcha la arenga del Estado municipal para direccionar nuestro flujo de consumo? ¿Te imaginás si el Estado promoviera que más emprendedores se animen a fabricar productos porque entre todos podemos garantizar la demanda?
¡Animense jóvenes chivilcoyanos a fabricar nuestra mayonesa local! ¡Anímense nuestros talentos locales a fabricar no sólo cerveza, sino también nuestros trapos de piso, alimento balanceado para perros y hasta el vino tinto!
¡Vamos, vamos! ¡A desarrollar nuestras fuerzas productivas que el intendente va a garantizar que todos le compremos al que se anime! ¡Vamos! ¡Qué nuestro gobierno local incuba, alienta y protege que todo aquel que tenga una idea pueda gozar de la demanda de todos!
Cri, cri, cri… Todo lo que podría hacerse sólo con pensar un poco más allá de lo tangible y sacar el piloto automático.
Seguimos pensando.-
*Por Diego Manusovich, escritor y Lic. en Ciencias de la Educación.
dmanusovich@gmail.com