La crisis pandémica no hace más que revelar problemas estructurales que venimos padeciendo. Pero también nos posibilita una oportunidad para abordar de una manera seria y decidida estas cuestiones muchas veces postergadas. Como lo expresara Federico Fagioli, diputado del Frente Patria Grande, “Es momento de dar el debate de los Alimentos en la Argentina”. –
Para esto hemos elevado a Proyecto de Ley al Congreso de la Nación, la conformación de una Empresa Pública de Alimentos. Este proyecto es simple de comprender y de aplicar, pero se enfrenta a una red muy grande de intereses privados y a una maquinaria estatal con grandes déficits en la gestión. Pretendemos una articulación virtuosa entre el Estado, la Sociedad Civil organizada y los productores y productoras. A este modelo le llamamos Gestión Social de lo Común. Este proyecto, que impulsamos a nivel nacional, viene en consonancia con nuestra propuesta de crear un Mercado Municipal hortícola que genere un círculo virtuoso entre producción, distribución y consumo local.
Por lo general consumimos Alimentos caros, comprados a unas pocas empresas y distribuidoras que acaparan toda la cadena y forman los precios generando concentración monopólica. La contracara es la emergencia alimentaria y la destrucción de puestos de trabajo y pymes. Hace tiempo que venimos hablando de este tema. La necesidad de poder abastecernos de Alimentos sanos y accesibles ha estado en nuestra agenda de Desarrollo Local desde la Plataforma electoral 2017. El objetivo principal es el autoabastecimiento, acortando la cadena de intermediarios y ofreciendo un producto saludable sin agrotóxicos.
Ambos proyectos marchan hacia la Soberanía Alimentaria, que no es más que la capacidad de los pueblos de decidir cómo se produce y consume el Alimento.
Proponemos que el Estado, en todos sus niveles de gestión debe articular los actores y recursos propios alentando la producción local y la agricultura familiar agroecológica. De esta manera se achicarían los costos de traslado, abaratando el producto y haciéndolo accesible y además se crearían puestos de trabajo. Es decir, se pretende cambiar el sentido de la rueda, haciendo que el alimento deje de ser una mercancía para la especulación y el lucro de unos pocos y se vuelva a su real sentido, una necesidad básica que todo habitante debería poder satisfacer.
La crisis económica posterior a la pandemia, nos dejó con la mitad de nuestros niños/as en situación de pobreza. La emergencia alimentaria se ha agudizado aún más y es tan real como el covid-19. No podemos quedarnos de brazos cruzados.
Arq. Ezequiel Caselles – Referente de Vamos Chivilcoy