La familia Oliverio realizó recientemente la reinaguración de su fábrica de lácteos ubicada en el km 170 de la Ruta 51 ante una ampliación de los depósitos y las cámaras, como así también del local de venta al público.
La pyme familiar lleva diez años en el mercado local, encabezada por Alberto e Isabel, junto a sus hijos Carlos, Ezequiel y Diego, motorizados por la memoria de su hijo y hermano Leandro, quien comenzó con el proyecto antes de fallecer víctima de un siniestro vial.
“Iniciamos nuestras actividades el 1 de Mayo del 2012” compartió con LA RAZÓN, Carlos Oliverio.
En la planta ubicada en el km 170 de la Ruta Provincial Nº 51, producen los distintos tipos de quesos, de pastas duras, semiduras y blandas, productos sin tacc, sin sal, crema de leche, dulce de leche y las famosas provoletas, entre otros productos lácteos.
“Después de un año y medio, hemos logrado finalizar la ampliación de depósitos y cámaras nuevas para incrementar la producción, sumado al nuevo local de venta al público, a futuro planificamos un nuevo evento para que la gente pueda conocer aún más el circuito de producción, porque el evento superó todas nuestras expectativas”, agregó.
La reinauguración se llevó a cabo el sábado 22 de abril, y contó con el acompañamiento de Ruta 30, fábrica de cerveza artesanal, visitas guiadas para conocer el circuito de producción, degustaciones gratuitas de quesos y fiambres, y de provoletas a la parrilla.
También hubo música y mesas en el parque del predio, con juegos inflables para los más chicos, cancha de fútbol y la banda de rock “Los Fulanos” que tocó a media tarde.
Asimismo, se hicieron varios sorteos, con grandes premios, entre ellos, cuchillos artesanales y sets de cocina, delantales y quesos, obviamente.
“Estamos super agradecidos a toda la gente que se acercó, público en general, proveedores y clientes, hemos superado las 400 personas que pasaron por el predio, agradecidos también por los regalos que hemos recibido en esta nueva inauguración, así que estamos muy felices”, enfatizó Oliverio
