Discurso Dr. Adrián Vila en Acto Oficial: 202°Aniversario de la Declaración de la Independencia

julio 10, 2018

Hoy celebramos 202 años de la Declaración de nuestra Independencia.

La gesta del 9 de julio de 1816 tuvo como principal motor la combinación de hechos sociales y políticos de una época histórica agitada por decisiones extranjeras sobre el territorio y la soberanía de una parte importante del dominio de la metrópolis colonial española.

Entre 1810 y 1820 hubo varios proyectos de crear un reino independiente, con autoridades condicionadas por una Constitución al estilo de la impuesta en España en 1812 por el movimiento liberal. Los distintos proyectos debieron su existencia a las distintas familias reales que operaban en la época en la región y que propugnaban por:
– El establecimiento de una dinastía portuguesa (Carlotismo)
– El establecimiento de una dinastía española
– El establecimiento de una dinastía incaica (el proyecto más cercano a la idea de Belgrano)
– El establecimiento de una dinastía francesa

Así, España estaba en crisis por la dominación francesa que repercutió en las Provincias Unidas del Sur y que afianzó una Junta de Gobierno que tenía como objetivo conducir los destinos de nuestro territorio.
Y, a su vez, en el seno de los patriotas existía una fuerte tendencia a que fuese la Corona Española la que ejerciera su autoridad, pese a la década de luchas en pos de sostener la libertad de la región y al “clima cultural de época” resultante de:
– La independencia de los EE.UU. en 1776
– La Revolución Francesa de 1789
– La lucha de los esclavos haitianos consagrada en la Constitución de Santo Domingo de 1804 y la lucha de los esclavos de Toussaint L´Ouverture
– Los tantos movimientos “criollistas” que se venían desarrollando desde México hasta el Río de la Plata desde, por lo menos, 1730 en función de la pérdida de derechos políticos de los criollos americanos en manos de los europeos peninsulares por decisión de la Casa de Borbón
– Las ideas de igualdad entre criollos y españoles sostenidas por Fray Bartolomé de las Casas y Francisco de Vitoria
– Las ideas de patriotas hispanoamericanos como Francisco Miranda
– Las invasiones inglesas, que permitieron la formación de una idea de “pueblo argentino” y la conformación de fuerzas militares criollas
– El Congreso de los Pueblos Libres del 29 de junio 1815 (en Concepción del Uruguay), conducido por José Artigas, que proclamó la independencia de todo poder extranjero, nucleando a representantes de las provincias de Córdoba, Corrientes, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y la Banda Oriental
– La agitación social y política que se fue gestando junto con una opinión pública que sostuvo la idea de emancipación en la región

Moreno, Belgrano y Castelli entre miles de hombres fueron los que sostuvieron la esperanza de construir un territorio independiente en el que imperara el derecho a las designaciones políticas y económicas. De ahí la necesidad de establecer un gobierno propio que tomara las decisiones que se imponían en la época, en la región.

La noción de “independencia”, así, ha sido un valor que en estos 202 años se ha ido resignificando por la acción de nuestros dirigentes, por nuestros procesos sociales y políticos. Es decir, en definitiva, por nuestra historia. ¿Qué significa ser independientes hoy? ¿Tomamos en cuenta el impacto de la globalización económica y la circulación de formas de vida que, mayoritariamente, tienen un solo sentido de flujo: Norte-Sur? ¿El impacto de las nuevas tecnologías y las industrias culturales? ¿El papel neocolonial de los organismos internacionales? ¿La penetración de las marcas globales en nuestra vida cotidiana?

Decíamos el 24 de marzo, en el aniversario del fatídico golpe cívico militar que somos conscientes de que no vamos a obtener una sociedad moderna mientras convivamos con la terrible brecha desigualitaria en términos económicos, sociales, culturales y con las heridas abiertas por las violaciones de derechos humanos realizadas por el Estado terrorista.

No olvidemos, tampoco, en el marco de este 9 de Julio que aquella idea de nuestros padres fundadores de formar una nación democrática y soberana sigue inconclusa, interpelándonos día a día.

Consolidar la democracia; fortalecer la autodeterminación de nuestra Nación en el marco de la globalización; generar, distribuir y redistribuir desde el Estado recursos económicos y simbólicos de manera equitativa para el acceso a una vida más humana de millones de compatriotas; ofrecer soluciones desde todos los niveles del Estado a las necesidades y requerimientos de la sociedad; en definitiva, crear puentes que garanticen la inclusión de las mayorías sociales en la independencia que necesitamos en el contexto del siglo XXI. Porque la Nación se construye día a día, como la libertad.

“Nos los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América, reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo, la justicia que regla nuestros votos: Declaramos solemnemente a la faz de la tierra que, es voluntad unánime e indudable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una Nación libre e independiente del Rey Fernando VII sus sucesores y Metrópoli. Y de toda otra dominación extranjera.”

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