[Crisis del Sector editorial] Presentación del informe del OUBA con la participación del Dr. Adrián Vila

junio 6, 2019

Hoy en la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) el Observatorio Universitario de Buenos Aires presenta el 3° informe sobre la crisis y derrumbe del sector editorial argentino con la participación y labor del Dr. Adrián Vila -Secretario de Cultura y Educación de la Municipalidad de Chivilcoy.-

 

 

Editoriales, libreros y cámaras de la industria editorial argentina confirmaron en los primeros meses de 2019 su “peor crisis histórica, agravada por los millones de volúmenes perdidos y la generación de verdaderos daños estructurales” confirmada a través del informe realizado por el Observatorio Universitario de Buenos Aires (OUBA), dependiente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) 

 

 

 

La caída editorial argentina desde 2016 registró, con la combinación explosiva de retracción del consumo generalizada a nivel nacional, inflación acumulada superior al 200% y devaluación persistente, una baja de ventas de al menos 36%, así como la pérdida de cerca del 35% de puestos de trabajo directos e indirectos y el cierre de decenas de librerías, con problemas de ventas.

Se trata de números reflejados en estadísticas publicadas por cámaras del sector, en particular por la Cámara Argentina del Libro (CAL) , a finales del año pasado, y actualizadas de manera periódica con encuestas a sus afiliados durante el presente año.

La CAL es una de las entidades más representativas y vocera de la problemática del sector al agrupar a más de 500 medianas y pequeñas editoriales.

 

“El sector atravesó varios momentos severos de crisis a lo largo de su desarrollo, que posiblemente no puedan ser estrictamente comparables entre sí por circunstancias históricas y puntuales, pero sí podemos decir que esta tal vez sea la crisis más prolongada alcanzando ribetes estructurales por su extensión en el tiempo”, dijo Diana Segovia, gerente de la CAL.

“Estamos con la mitad del mercado de producción de la primera tirada en relación al año 2015. Se pierden lectores y después es muy difícil recuperarlos, además estos tiempos propician el auge de la piratería en especial en formatos digitales de distinto tipo con perjuicios para la industria”, explicó.

Según la Encuesta Nacional de Consumos Culturales, el promedio anual de lectura pasó de tres  libros por habitante en 2013 a 1,5 en 2017. Por ello en el marco recesivo argentino desde la asunción del gobierno de Mauricio Macri en diciembre de 2015, el sector editorial fue uno de los primeros en sufrir graves pérdidas, dos años antes que otros como electrodomésticos, textiles, calzados y automóviles.

 

Según datos del ISBN (International Standard Book Number) compilados por la CAL de enero a octubre del 2018 se imprimieron 36.320.000 de ejemplares, que si fueran comparados con 2014 –año del récord histórico absoluto para la industria en volumen de producción, con más de 128.900.000 ejemplares impresos–, muestran el vértigo de la debacle.

 

“En lo que va de 2019 se generaron 22,6 millones de ejemplares. Esto muestra una pérdida de un cuarto de tirada promedio para la edición general argentina”, dijo Adrián Vila, Especialista en Políticas Editoriales de la Universidad de Buenos Aires y Doctor por la Universidad de Salamanca, al realizar una estimación de cifras actualizadas al día de hoy.

 

También la producción de ejemplares del Sector Editorial Comercial (SEC) no deja de decrece desde 2016 y el año pasado fue de cerca de ocho millones de ejemplares menos que en aquel año.

Fahrenheit 451 (Ray Bradbury)

La metáfora creada por Bradbury en 1953, como repudio a la asfixiante extensión del
macartismo en Estados Unidos, cobra actualidad en el plano de la realidad editorial argentina:
la vida del libro argentino, amenazada por la profundidad de la crisis y por la estructura
monopólica dominante del sector requiere políticas urgentes de reparación y de recuperación
activa.
Entre distintos actores del mundo editorial circula la convicción generalizada de que un
período de cuatro años más en estas condiciones va a significar un golpe de gracia letal para la
industria cultural tal como la conocemos hasta el momento.

 

 

“El Fahrenheit criollo”, como se titula sugestivamente el informe, analiza el impacto de la merma editorial en los puestos de trabajo: hasta el mes de febrero de 2019, el sector editorial perdió al menos un 20% de trabajadores, a lo que se suma la “desocupación indirecta” de traductores, correctores, diagramadores y otros profesionales relacionados con la actividad.

 

Asimismo, las librerías registran una reducción de personal de al menos el 15% desde 2016. Desde ese año, cerraron 35 pequeñas librerías en el país y otras 30 liquidaron sucursales, fueron absorbidas por cadenas o redujeron espacios y personal por los costos inaccesibles de alquileres y servicios como la electricidad.

 

A la pérdida de lectores y librerías se suma el aumento sin pausa del costo del papel, lo que motiva un crecimiento del libro digital: “Los libros digitales -dijo Vila- poseen algunas ventajas: su estructura de costos es menor. El tema es qué papel juegan las librerías físicas y las imprentas”.

 

otro factor es la menor inversión estatal en la compra de libros y promoción de la lectura: “Una estadística oficial -describe el informe de OUBA- muestra con claridad el cambio de situación con la asunción del gobierno de Mauricio Macri (desde diciembre de 2015, en NDR): de 1.150 millones de pesos en 2015, en el renglón de compras estatales de libros se pasó a erogar solo 100 millones de pesos en 2016“.

 

Recientemente, diversos actores del medio editorial propusieron un proyecto parlamentario que aspira a la creación del Instituto Nacional del Libro (INLA), iniciativa presentada con el objetivo de contribuir a la circulación de la creación literaria y el pensamiento argentino como herramienta de democratización y enriquecimiento del debate público, promoviendo los espacios de promoción del libro y contribuyendo a garantizar derechos de autores y productores culturales editoriales.

 

Informe Crisis Editorial
Observatorio Universitario de Buenos Aires
ouba@filo.uba.ar
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