Úrsula Bahillo, de 18 años, fue asesinada a puñaladas en una zona rural de la localidad de Rojas, donde había sido citada por su expareja, Matías Ezequiel Martínez, un oficial de policía bonaerense que estaba con carpeta psiquiátrica desde septiembre del 2020 y que intentó suicidarse luego del crimen. Bahillo había denunciado a Martínez por violencia de género y tenía una restricción perimetral.
En consonancia con la convocatoria espontánea a nivel nacional, en Chivilcoy, distintas organizaciones y personas en general autoconvocadas realizaron una marcha y expusieron mediante micrófono abierto su repudio al femicidio de Rojas.
“En la Argentina y en todo el mundo necesitamos políticas reales y efectivas para terminar con esto, por eso estamos acá, creemos que ya no hay nadie a quién recurrir, ni la Justicia, ni el Estado, la Policía mucho menos” disparan al unísono Cecilia, Macarena y Julieta, presentes en la marcha de ayer, “hay que repensar los dispositivos de cuidado para con la víctima de violencia de género”.
“Todo recae sobre la mujer, más allá de la violencia, nos preguntamos ¿qué ofrece el estado a las mujeres? Como víctima vas a denunciar, te dan un botón de pánico y el responsable está circula suelto, como si nada, y vos estás encerrada con custodia en tu casa, eso es una exclusión del espacio público para nosotras, mientras los culpables están impunemente en la calle en contraposición del encierro, el miedo, amenazas de muerte y todo el peso del episodio de violencia sufrido” puntualizan las jóvenes.
Por otra parte, en alusión al desempeño de la Policía Bonaerense, a través de las Comisarías de la Mujer, en el caso de Rojas, en consonancia con lo expuesto en las crónicas de dominio público indican que “se nos ríen en la cara, siguen burlándose de nosotras, es tan burdo todo, las excusas que le dieron de tomarle la denuncia porque era un día sábado es increíble”.
“El estado es de alerta permanente, un estado vulnerable que nos urge hacer algo” señalan en relación a la convocatoria espontánea a nivel nacional, “hay que repensar y profundizar los dispositivos de cuidado para las víctimas de violencia, es decir un acompañamiento real del estado, entendemos que hay que darle una relevancia distinta”.