43 años pasaron desde aquel nefasto 24 de Marzo de 1976, cuando por última vez en la historia de los argentinos los grupos económicos se valieron de las Fuerzas Armadas, y arrasaron con las instituciones democráticas para imponer un plan económico que devastó el país a fuerza de sangre y fuego.
La Junta Militar impuso el terrorismo de Estado que desarrolló un proyecto planificado, dirigido a destruir toda forma de participación popular. La dictadura instaló un sistema represivo genocida que fue implacable con todas las expresiones democráticas políticas, sociales y sindicales.
El terrorismo de Estado arrasó con la libertad de expresión y para ello secuestró, torturó, encarceló y asesinó a miles de jóvenes estudiantes, sindicalistas, intelectuales, trabajadores, profesionales y dirigentes políticos.
Hay que tener memoria para encontrar la verdad sobre el destino de los 30 mil desaparecidos y para que se haga justicia.
Cuando se habla de Memoria, Verdad y Justicia, inexorablemente debemos destacar la tarea de mujeres que con un pañuelo blanco en la cabeza enfrentaron lo que nadie se había atrevido en la República Argentina, la dictadura más sangrienta que tuvo lugar. Y lo hicieron mujeres que no venían de la política, mujeres como nuestra Adelina, que la mayoría de ellas nunca habían participado en ninguna actividad política y sin embargo, con la fuerza que suelen tener las mujeres cuando sienten la agresión, no ya solamente sobre sus hijos sino sobre toda la sociedad, con una fortaleza y un valor inclaudicable salieron a la calle cuando nadie lo hacía. El Presidente Kirchner sostuvo alguna vez que nosotros los argentinos y nuestra democracia somos hijos de las Madres de Plaza de Mayo y también de las Abuelas. Ellas son las únicas que no se amedrentaron frente a los genocidas y que, con su ejemplo nos siguen enseñando los militantes que día a día velemos para que las banderas de nuestros compañeros desaparecidos se mantengan en alto, que defendamos al pueblo de las grandes corporaciones que tratan de condicionarlo; y en especial con su compromiso, que continúan con su lucha, nos muestran el camino del Nunca Más.
Hoy el enemigo es el mismo: las grandes corporaciones, que siguen avanzando constantemente desde los sectores económicos y periodísticos. Está claro que los Gobiernos de Néstor y Cristina siempre abrieron debates en temas que nadie quería hablar y que siempre fue evitado por los grandes medios porque tocan intereses poderosísimos e inconfesables. “Porque el pueblo que no piensa su pasado y que no lo elabora, corre el grave riesgo de repetirlo; pero más importante aún que recordar, es entender, aunque para entender es indispensable también recordar. Ese proceso de recordar, esa construcción de la memoria, es un valioso mecanismo de resistencia.” Néstor Kirchner.
Juventud Peronista Chivilcoy